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jueves, 28 de octubre de 2010

Comentario de un texto narrativo: Indicaciones y textos

COMENTARIO DE UN TEXTO NARRATIVO

Lee atentamente las páginas 20-22 del libro de texto. También puedes complementarlo con el Link “guía de comentario de textos” que aparece en el Blog “Vescomtat.blogspot.com” de la profesora y con el estudio sobre Nada que aparece en el apartado de literatura del mismo Blog. A continuación, realiza el comentario de texto del siguiente fragmento perteneciente a la novela Nada, de Carmen Laforet, atendiendo a las indicaciones que aparecen al final de esta página:

La abuelita hablaba también, como siempre, de los mismos temas. Eran hechos recientes, de
la pasada guerra, y antiguos, de muchos años atrás, cuando sus hijos eran niños.
En mi cabeza, un poco dolorida, se mezclaban las dos voces en una cantinela con fondo de
lluvia y me adormecían.
ABUELA.—No había dos hermanos que se quisieran más. (¿Me escuchas, Andrea?)No había dos
hermanos como Román y Juanito… Yo he tenido seis hijos. Los otros cuatro estaban siempre
cada uno por su lado, las chicas reñían entre ellas, pero estos dos pequeños eran como dos
ángeles… Juan era rubio y Román muy moreno, y yo siempre los vestía con trajes iguales. Los
domingos iban a misa conmigo y con tu abuelo… En el colegio, si algún chico se peleaba con
uno de ellos, ya estaba el otro allí para defenderle.
Román era más pícaro…, pero ¡cómo se querían! Todos los hijos deben ser iguales para una
madre, pero estos dos fueron sobre todos para mí… como eran los más pequeños… como
fueron los más desgraciados… Sobre todo Juan.
GLORIA.—¿Tú sabías que Juan quiso ser militar y, como le suspendieron en el ingreso
de la Academia, se marchó a África, al Tercio, y estuvo allí muchos años?

** NOTA:
Se trata del único pasaje de la obra en que los personajes dialogan en estilo directo, de modo casi
teatral, puesto que al principio de cada turno aparece el nombre del personaje que interviene. El texto
presenta una estructura bipartita: tras un pasaje inicial narrativo, puesto en boca de la narradora protagonista,
en primera persona del singular y en pretérito imperfecto, siguen dos intervenciones de un
diálogo. En ambas se hace referencia a Andrea, que escucha medio adormecida. El pasaje de la abuela,
caracterizado por un lenguaje sencillo y expresivo (interrogación de carácter fático, una exclamación, los
puntos suspensivos), sirve para presentar al lector la descendencia completa de la abuela y para mostrar
la plácida relación infantil entre Juan y Román, tan distinta de la actual. Alterna partes descriptivas con
otras narrativas, y los reiterados puntos suspensivos sirven para indicar que la anciana sigue meditando y
para marcar el ritmo pausado de sus recuerdos. Gloria, por su parte, no continúa con el asunto
explicado por la abuela y da inicio a otro, dirigiéndole una pregunta a Andrea.

INDICACIONES PARA REALIZAR EL COMENTARIO:

En este caso, para aprender a realizar un comentario, te puede ir bien dividir el comentario en los  4 subapartados indicados en la página 22, pero en un comentario no se realizan apartados.

-Comienza con una introducción y marco textual hablando brevemente de la autora y año de publicación, el capítulo al que pertenece el fragmento o la parte en la que se sitúa del libro, quién es el personaje principal y qué otros personajes aparecen.
-En el estudio del contenido, comenta lo que sucede en el texto y  cuál sería el tema principal de este fragmento.
-En el estudio de la forma, comenta las técnicas narrativas: si la historia es realista, si domina la descripción, la narración o el diálogo, el tipo de léxico o vocabulario, si abusa de adjetivos, pronombres, etc. También comenta el tipo de narrador (omnisciente, autobiográfico, etc.), el registro (culto, estándar, coloquial, vulgar), alguna figura retórica (comparaciones, metáforas, etc.).
-En las conclusiones se trata de comentar la importancia de este fragmento y lo que pasará a continuación. También puedes comentar la resonancia de la novela en la historia de la literatura española o  los elementos que comparte con el movimiento literario en que se inscribe.










Ahora realiza el comentario del siguiente fragmento sin apartados.



COMENTARIO DE MARINA, DE CARLOS RUIZ ZAFÓN

   En las semanas que siguieron Germán Blau se convirtió en mi mejor amigo. Tan pronto acababan las clases en el internado a las cinco y media de la tarde, corría a reunirme con el viejo pintor. Tomábamos un taxi hasta el hospital y pasábamos la tarde con Marina hasta que las enfermeras nos echaban de allí. En aquellos paseos desde Sarriá a la avenida de Gaudí aprendí que Barcelona puede ser la ciudad más triste del mundo en invierno. Las historias de Germán y sus recuerdos pasaron a ser los míos.
      En las largas esperas en los pasillos desolados del hospital, Germán me confesó intimidades que no había compartido con nadie más que con su esposa. Me habló de sus años con su maestro Salvat, de su matrimonio y de cómo sólo la compañía de Marina le había permitido sobrevivir a la pérdida de su mujer. Me habló de sus dudas y de sus miedos, de cómo toda una vida le había enseñado que cuanto tenía por cierto era una simple ilusión y que había demasiadas lecciones que no valía la pena aprender. También yo hablé con él sin trabas por primera vez, le hablé de Marina, de mis sueños como futuro arquitecto, en unos días en los que había dejado de creer en el futuro. Le hablé de mi soledad y de cómo hasta encontrarlos a ellos había tenido la sensación de estar perdido en le mundo por casualidad. Le hablé de mi temor a volver a estarlo si los perdía. Germán me escuchaba y me entendía. Sabía que mis palabras no eran más que un intento por aclarar mis propios sentimientos y me dejaba hacer.”



miércoles, 27 de octubre de 2010

El libro de Buen amor


La Sensualidad del Libro de Buen Amor
Hugo N. Santander
American University Central Asia
Un sociólogo podría trazar en el 'Poema del Mío Cid' y en el 'Libro Buen Amor' los rasgos esenciales del medioevo en España. Los versos solemnes del Cid darían cuenta del respeto a las jerarquías, la supravaloración del honor y el ensoberbecimiento; las estrofas burlonas de Buen Amor de la perspicacia y la sensualidad.
El 'Libro de Buen Amor' parece ser la creación de un ex-convicto del siglo catorce: «Este es el libro del Arcipreste de Hita, el qual compuso seyendo preso por mandado del cardenal Gil, Arçobispo de Toledo (S)».
Las fuentes del 'Libro de Buen Amor' son las historias de las Mil y Una noches, y los relatos medievales de la tradición árabe y judaica en la península ibérica. Juan Ruiz tradujo y trastocó además los versos del 'Pamphillus', quizá la comedia más leída en Europa durante el medioevo tardío. Como Chaucer y Bocaccio, Juan Ruiz canta a los placeres corporales con el propósito de despertar la hilaridad de sus oyentes. La risa, a diferencia del llanto, se comparte alrededor de una mesa. Sólo la soledad engendra tristeza. El protagonista del 'Libro del Buen Amor' se esfuerza incesantemente por escapar a su soledad, por amar y ser amado.
El autor defiende a través de Trotaconventos el derecho al placer corporal de la mujer. Los tres escribas preservaron con cuidado, sin conocimiento mutuo, los episodios más espinosos: la seducción de una viuda, de una doncella, de una monja, de una mora y el acto de ser seducido y violado por tres campesinas. Se puede descubrir incluso una justificación del adulterio en la historia de la mujer de Pitas Payas. Es diciente que las objeciones argumentales dadas a Trotaconventos sean tomadas del código moral impuesto por la sociedad medieval, en tanto que Trotaconventos basa sus argumentos en la urgencia del cuerpo por amar y ser amado. A lo largo de estos episodios es la mujer quien protagoniza los eventos y toma las decisiones pertinentes.
Pero indicar que el próposito de Juan Ruiz fue didáctico sería redundante. El hombre medieval, condicionado por las cartas de San Pablo, era incapaz de justificar menos aún por escrito, la dimensión lúdica del arte. Cada poema, y en especial cada poema cómico, debía incluir una justificación didáctica: «El hombre medieval encontraba una barrera, en el mejor de los casos, frente la lectura; el placer de leer sólo podía ser alcanzado através del esfuerzo por alcanzar la virtud o la sabiduría (…) El placer per se era pecaminoso.»
El hombre del medioevo asociaba el pecado a la redención, y la redención al pecado; Juan Ruiz, de hecho, intercala episodios escabrosos con oraciones piadosas: «La fiscalidad de los encuentros amorosos raya en lo grotesco y la urgente necesidad de sublimación conduce directamente a la profunda meditación sobre la pasión de Cristo». Las últimas estanzas del 'Libro de Buen Amor' o, tal y como fue llamado durante el medioevo, del 'Libro de Arcipreste de Hita', incluye la 'Cántica de los clérigos de Talavera' (1690-1709), en la cual un grupo de sacerdotes implora a la iglesia que se les permita tener concubinas. Algunos escritores ven en Juan Ruiz, a partir de este pasaje, a un reformador.

Deberes 1º B El libro de Buen amor (3-11-10)

Del libro de texto, leer el poema "Fábula de las ranas", p. 44 y realizar el ejercicio 1.
Del libro Poesía española, leer y resumir p. 48. Luego leer el fragmento del prólogo de la p. 49 ("El sentido del libro"). Leer también los poemas "El varón ansía a la hembra" y "Doña Endrina" de las páginas 49-50 y 57, y explicar de qué tratan los poemas y el tono, analizando la métrica de una estrofa. (Ánimo)

sábado, 16 de octubre de 2010

Oh Fortuna, Carmina Burana

Biografia deL trobador occità Bernat de Ventadorn

Bernat de Ventadorn

Sobre la seva personalitat hom només sap el que pot deduir-se de les seves obres i de les dades, no sempre segures, que proporciona una breu biografia seva escrita al s XIII pel trobador Hug de Sant Circ. Hom calcula que la seva producció poètica —41 poesies— fou escrita entre els anys 1150 i 1180. Sembla que era d'ascendència humil, que s'inicià en la poesia per influència o mestratge del trobador Ebles II, vescomte de Ventadorn (l'obra del qual és perduda), a l'escola del qual manifesta de pertànyer. Sembla també que tres grans cicles de les seves cançons amoroses van dedicats a celebrar Margarida de Turena, muller d'Ebles III de Ventadorn (fill d'Ebles II), la famosa Elionor d'Aquitània, quan era muller d'Enric II d'Anglaterra (la qual cosa ha fet creure que Bernat de Ventadorn residí un quant temps a la cort d'aquest), i l'ambient de Ramon V, comte de Tolosa. Segons la biografia citada, es retirà al monestir cistercenc de Dalon, com Bertran de Born. El seu cançoner és exclusivament dedicat a l'amor, sense concessions a altra temàtica o a gèneres objectius (sàtira política, moralització, planys, pastorel•les, etc), expressat sempre amb una elevada dignitat, però amb una total simplicitat, que fan d'ell un dels més característics representants del trobar leu, o dicció senzilla, en oposició a l'hermetisme, ja molt estès entre els trobadors del seu temps. Segons manifesta en diversos moments, només d'un amor sincer pot eixir una poesia autèntica, i, si ell és el millor dels trobadors, això és perquè és el més enamorat. La nostàlgia, la joia, la tristesa, l'abstracció dels sentits, etc, són estats d'ànim que el trobador expressa d'una manera eficaç i sempre bella en una poesia òrfena d'anècdota, però que pren de dades exteriors (la blancor de la neu, el vol de l'alosa, la fulla agitada pel vent, etc) matèria per a semblances que menen el pensament per uns camins essencialment irreals. La gran dignitat de la paraula, la perfecta estructura d'un estrofisme savi sense filigranes, un rimari elegant però no recercat i un constant equilibri en caracteritzen estilísticament l'obra, i ha estat considerat sempre el millor dels trobadors amorosos i un dels primers lírics de l'edat mitjana. A Catalunya fou molt conegut i imitat des del s XIII fins al XV, i degué gaudir d'una certa popularitat, puix que una de les cançons d'un drama assumpcionista valencià del començament del s XV havia d'ésser cantada amb el so o la melodia d'una cançó d'aquest trobador. Es conserven dinou melodies seves amb notació.

Òpera Wagner "La cavalcada de les Valquíries"

"Veles e vents" d'Ausiàs March interpretada per Raimon

viernes, 1 de octubre de 2010

Un género didáctico: el ensayo

EL ENSAYO COMO GÉNERO LITERARIO
M.L. GABRIEL VARGAS A.


I. LOS GÉNEROS LITERARIOS
Los géneros literarios son las distintas manifestaciones que presenta la intención
creativa y expresiva del hombre por medio del instrumento del lenguaje. El lenguaje
humano, que nosotros nos planteamos en los términos de la teoría de la comunicación,
posee diversas funciones que, aunque coexistan, en cada momento una u otra tiende a
presentarse como predominante. Estas funciones corresponden a los elementos del
proceso de comunicación (Jakobson. Lingüística y poética).
Puede observarse en el cuadro que a cada uno de los elementos del proceso de
comunicación (emisor, mensaje, receptor, contexto, canal, lenguaje) corresponde una
función característica (expresiva, poética, conativa, referencial, fática, metalingüística).
Mediante este planteamiento es posible caracterizar los tipos de mensajes a partir del
énfasis que presentan en cada uno de los elementos del proceso. Debe tenerse cuidado
de no suponer que un determinado mensaje sólo presenta una función; esto sería como
pensar que en él sólo participa un elemento del proceso.
Jakobson llama función expresiva a la capacidad del lenguaje de ser vehículo de los
sentimientos; el tono, las pausas y las interjecciones son evidencia de esta función. En
cambio, la función conativa se manifiesta en el deseo de persuadir; la reiteración, el
énfasis, la argumentación, la representan. Con el nombre de función referencial se
denomina la propiedad del mensaje de conectarse con otros que pertenecen al contexto,
las referencias bibliográficas, las cita, etc., son rasgos de tal función.
Por otra parte, la función fática es la que busca asegurarse la atención al mensaje. Las
expresiones llamativas, la repetición didáctica, los subrayados, etc., son muestra de esa
función. En lo que respecta a la función metalingüística, esta alude a la capacidad que
tiene el código de explicarse a sí mismo; el diccionario que, en otras palabras explica las
desconocidas, y la definición que se hace en clase, son actividades metalingüísticas.
Finalmente, Jakobson denomina función poética al particular valor que adquiere el
mensaje al ser tratado con intenciones estéticas; sobre esto se hará referencia más
adelante.
Con base en un planteamiento como este, puede decirse, por ejemplo, que la poesía es
una manifestación del lenguaje en la que predomina la función expresiva y la poética;
también puede decirse que en el relato (novela y cuento) se hace énfasis en la función
referencial y que, en el ensayo, se recalcan las funciones referencial y conativa.
Las funciones que hemos señalado se manifiestan por medio de los recursos de cada
uno de los géneros: la poesía usa métrica y rima u otras formas de regularidad que
ayudan a subrayar el mensaje; el relato usa la narración y representación de las palabras
de los personajes, con lo cual construye un mundo ficticio; el teatro usa la escenografía
y la presencia viva de los personajes para intensificar el mensaje; el ensayo usa la
ejemplificación y la argumentación para persuadimos como receptores.
II. EL ENSAYO
Desde la antigüedad, los géneros tradicionales (la poesía, la épica y la dramática) fueron
los más desarrollados. No obstante, muchas obras producidas en la antigua Grecia y en
Roma, así como en la Europa medieval, ya se asimilan a lo que puede llamarse ensayo.
Podría decirse que el rasgo que hace que muchos de esos escritos no sean todavía
ensayo es su preocupación estética: los diálogos filosóficos se escriben como obra de
teatro, los tratados de teología como poema, las enseñanzas como fábula, los tratados de
geografía como oda. Se trataba de la transición hacia un nuevo género que iba a estar al
servicio de las necesidades de expresión de las ciencias, la filosofía y la didáctica.
En 1580 el autor francés Miguel de Montaigne (El pensamiento vivo de Montaigne)
empieza a publicar textos que denomina "Ensayos", en los cuales no solo teoriza sobre
el género sino que lo realiza de manera ejemplar. Este momento del desarrollo de las
ciencias naturales y sociales, de la política, el derecho y la filosofía, es propicio para el
desarrollo del género ensayístico. Además, en los siglos posteriores, el paulatino
perfeccionamiento de la imprenta, el crecimiento y complicación de las ciudades, que
vuelven menos eficaz la oratoria de viva voz y más importante el periodismo, prestan su
apoyo al progreso de este género.
El ensayo tiene un importante desarrollo en España durante el siglo XVIII, período de
gran influencia francesa y de mucha preocupación por el debate de ideas y el
establecimiento de normas en los distintos campos del conocimiento y la vida social. En
el siglo XIX, período en que las nacientes repúblicas hispanoamericanas tratan de reafirmar
su independencia y definir su organización poi ítica, el ensayo encuentra sus
óptimas condiciones de desarrollo. Esto se reafirma por cuanto
imprenta se generaliza en nuestros países.
En el caso del Costa Rica, este recurso llega en 1830, no obstante desde antes se
consumían impresos en otros países de América o en Europa.
Durante el siglo XX, las luchas políticas de América Latina, el combate de las
dictaduras y los imperialismos, y la discusión de nuevos modelos políticos, dieron un
nuevo impulso al ensayo. La influencia de los medios electrónicos de comunicación, al
competir con la imprenta, de alguna forma disputa el papel a la expresión escrita y por
ello al ensayo. Está por verse cuál será el resultado de esa pugna; lo importante es que,
así como alguna vez produjimos buena parte de los mensajes que consumíamos,
también sigamos produciéndolos en el futuro.
III. CARACTERISTICAS DEL ENSAYO
El ensayo se ha definido como "literatura de ideas". En esta simple definición se
sintetizan los dos rasgos fundamentales: literatura, es decir preocupación estética y
creación de recursos de expresión; ideas, es decir planteamiento y debate de aspectos de
interés actual.
Relacionados con estos rasgos se pueden incluir los siguientes:
a. Carácter parcial
El ensayo trata los temas sin el afán de dejarlos concluidos sino, más bien, de abrir el
debate. Por eso Montaigne los llamó "ensayos".
b. Subjetividad
El ensayista procura incursionar en un tema no completamente conocido armado más
bien de su intuición que de la prueba científica.
c. Persuasión implícita
El escritor que trata temas de trascendencia social (política, filosofía, arte) procura
persuadir con respecto a sus tesis. Dentro de este concepto de persuasión debería
incluirse lo que generalmente se denomina "función didáctica" del ensayo.
ch. Posición metodológica definida
El ensayista parte en su análisis de una determinada posición científica, política o
filosófica, de manera que sus afirmaciones obtengan respaldo de allí.
IV. TIPOS DE ENSAYO
Luis Ferrero señala los siguientes tipos de ensayo (Ensayistas costarricenses):
a. De creación literaria
Realmente está más cerca de la prosa poética. La intención es fundamentalmente
estética.
b. Expositivo-interpretativo
Es un tipo en el que se realiza el análisis no estrictamente científico de fenómenos y
situaciones. Es frecuente que se incluyan dentro de esta categoría trabajos que son
estrictamente científicos, los cuales no son realmente ensayos sino monografías o
artículos científicos.
c. Narrativo
En él se narra para ilustrar conceptos.
ch. Exhortativo-doctrinario
El objeto es mover a la acción, principalmente la política.
d. Periodismo