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viernes, 1 de octubre de 2010

Un género didáctico: el ensayo

EL ENSAYO COMO GÉNERO LITERARIO
M.L. GABRIEL VARGAS A.


I. LOS GÉNEROS LITERARIOS
Los géneros literarios son las distintas manifestaciones que presenta la intención
creativa y expresiva del hombre por medio del instrumento del lenguaje. El lenguaje
humano, que nosotros nos planteamos en los términos de la teoría de la comunicación,
posee diversas funciones que, aunque coexistan, en cada momento una u otra tiende a
presentarse como predominante. Estas funciones corresponden a los elementos del
proceso de comunicación (Jakobson. Lingüística y poética).
Puede observarse en el cuadro que a cada uno de los elementos del proceso de
comunicación (emisor, mensaje, receptor, contexto, canal, lenguaje) corresponde una
función característica (expresiva, poética, conativa, referencial, fática, metalingüística).
Mediante este planteamiento es posible caracterizar los tipos de mensajes a partir del
énfasis que presentan en cada uno de los elementos del proceso. Debe tenerse cuidado
de no suponer que un determinado mensaje sólo presenta una función; esto sería como
pensar que en él sólo participa un elemento del proceso.
Jakobson llama función expresiva a la capacidad del lenguaje de ser vehículo de los
sentimientos; el tono, las pausas y las interjecciones son evidencia de esta función. En
cambio, la función conativa se manifiesta en el deseo de persuadir; la reiteración, el
énfasis, la argumentación, la representan. Con el nombre de función referencial se
denomina la propiedad del mensaje de conectarse con otros que pertenecen al contexto,
las referencias bibliográficas, las cita, etc., son rasgos de tal función.
Por otra parte, la función fática es la que busca asegurarse la atención al mensaje. Las
expresiones llamativas, la repetición didáctica, los subrayados, etc., son muestra de esa
función. En lo que respecta a la función metalingüística, esta alude a la capacidad que
tiene el código de explicarse a sí mismo; el diccionario que, en otras palabras explica las
desconocidas, y la definición que se hace en clase, son actividades metalingüísticas.
Finalmente, Jakobson denomina función poética al particular valor que adquiere el
mensaje al ser tratado con intenciones estéticas; sobre esto se hará referencia más
adelante.
Con base en un planteamiento como este, puede decirse, por ejemplo, que la poesía es
una manifestación del lenguaje en la que predomina la función expresiva y la poética;
también puede decirse que en el relato (novela y cuento) se hace énfasis en la función
referencial y que, en el ensayo, se recalcan las funciones referencial y conativa.
Las funciones que hemos señalado se manifiestan por medio de los recursos de cada
uno de los géneros: la poesía usa métrica y rima u otras formas de regularidad que
ayudan a subrayar el mensaje; el relato usa la narración y representación de las palabras
de los personajes, con lo cual construye un mundo ficticio; el teatro usa la escenografía
y la presencia viva de los personajes para intensificar el mensaje; el ensayo usa la
ejemplificación y la argumentación para persuadimos como receptores.
II. EL ENSAYO
Desde la antigüedad, los géneros tradicionales (la poesía, la épica y la dramática) fueron
los más desarrollados. No obstante, muchas obras producidas en la antigua Grecia y en
Roma, así como en la Europa medieval, ya se asimilan a lo que puede llamarse ensayo.
Podría decirse que el rasgo que hace que muchos de esos escritos no sean todavía
ensayo es su preocupación estética: los diálogos filosóficos se escriben como obra de
teatro, los tratados de teología como poema, las enseñanzas como fábula, los tratados de
geografía como oda. Se trataba de la transición hacia un nuevo género que iba a estar al
servicio de las necesidades de expresión de las ciencias, la filosofía y la didáctica.
En 1580 el autor francés Miguel de Montaigne (El pensamiento vivo de Montaigne)
empieza a publicar textos que denomina "Ensayos", en los cuales no solo teoriza sobre
el género sino que lo realiza de manera ejemplar. Este momento del desarrollo de las
ciencias naturales y sociales, de la política, el derecho y la filosofía, es propicio para el
desarrollo del género ensayístico. Además, en los siglos posteriores, el paulatino
perfeccionamiento de la imprenta, el crecimiento y complicación de las ciudades, que
vuelven menos eficaz la oratoria de viva voz y más importante el periodismo, prestan su
apoyo al progreso de este género.
El ensayo tiene un importante desarrollo en España durante el siglo XVIII, período de
gran influencia francesa y de mucha preocupación por el debate de ideas y el
establecimiento de normas en los distintos campos del conocimiento y la vida social. En
el siglo XIX, período en que las nacientes repúblicas hispanoamericanas tratan de reafirmar
su independencia y definir su organización poi ítica, el ensayo encuentra sus
óptimas condiciones de desarrollo. Esto se reafirma por cuanto
imprenta se generaliza en nuestros países.
En el caso del Costa Rica, este recurso llega en 1830, no obstante desde antes se
consumían impresos en otros países de América o en Europa.
Durante el siglo XX, las luchas políticas de América Latina, el combate de las
dictaduras y los imperialismos, y la discusión de nuevos modelos políticos, dieron un
nuevo impulso al ensayo. La influencia de los medios electrónicos de comunicación, al
competir con la imprenta, de alguna forma disputa el papel a la expresión escrita y por
ello al ensayo. Está por verse cuál será el resultado de esa pugna; lo importante es que,
así como alguna vez produjimos buena parte de los mensajes que consumíamos,
también sigamos produciéndolos en el futuro.
III. CARACTERISTICAS DEL ENSAYO
El ensayo se ha definido como "literatura de ideas". En esta simple definición se
sintetizan los dos rasgos fundamentales: literatura, es decir preocupación estética y
creación de recursos de expresión; ideas, es decir planteamiento y debate de aspectos de
interés actual.
Relacionados con estos rasgos se pueden incluir los siguientes:
a. Carácter parcial
El ensayo trata los temas sin el afán de dejarlos concluidos sino, más bien, de abrir el
debate. Por eso Montaigne los llamó "ensayos".
b. Subjetividad
El ensayista procura incursionar en un tema no completamente conocido armado más
bien de su intuición que de la prueba científica.
c. Persuasión implícita
El escritor que trata temas de trascendencia social (política, filosofía, arte) procura
persuadir con respecto a sus tesis. Dentro de este concepto de persuasión debería
incluirse lo que generalmente se denomina "función didáctica" del ensayo.
ch. Posición metodológica definida
El ensayista parte en su análisis de una determinada posición científica, política o
filosófica, de manera que sus afirmaciones obtengan respaldo de allí.
IV. TIPOS DE ENSAYO
Luis Ferrero señala los siguientes tipos de ensayo (Ensayistas costarricenses):
a. De creación literaria
Realmente está más cerca de la prosa poética. La intención es fundamentalmente
estética.
b. Expositivo-interpretativo
Es un tipo en el que se realiza el análisis no estrictamente científico de fenómenos y
situaciones. Es frecuente que se incluyan dentro de esta categoría trabajos que son
estrictamente científicos, los cuales no son realmente ensayos sino monografías o
artículos científicos.
c. Narrativo
En él se narra para ilustrar conceptos.
ch. Exhortativo-doctrinario
El objeto es mover a la acción, principalmente la política.
d. Periodismo

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